Diario

sábado, 10 de enero de 2009

Hogar dulce hogar


Trás una larga noche de amistad y música, de festival y baile, estoy rendida. Hemos calentado los cuerpos al sol pero ahora el frío vuelve a ocupar su lugar en este invierno.
A Stanley gracias por compartir la alegría conmigo. Es bello saber que hay personas que sin conocerte se muestren solidarios. Que hagan suya la felicidad de los otros. Es una sensación hermosa.
Aún no me he puesto al día. No he leido ni visto ningún blog. Me daré ese gustazo algo más tarde. Necesito descansar un poco. Ya no está una para muchos trotes seguidos. Jajaja. Pero sientan divinamente.

jueves, 8 de enero de 2009

sine die

Ayer vinieron los Reyes Magos a casa. Sólo dos pues Baltasar se volvía a Africa por el frío polar que está haciendo en Málaga. (Costa del Sol). Jajaja y requeteja.
Como iba diciendo vinieron dos y traían las alforjas repletas de quesos, vino, jamón de pato, pan de zapata, birritas y cava. Además trajeron un libro mastodóntico y una lámpara para la atalaya.
Nos sentamos a la mesa e hicimos todo aquello que más nos gusta hacer, esto es comer, beber, charlas hasta por los codos, reirnos a mandibula batiente y abrazarnos con cariño hasta llenar el cuerpo y el alma de nuestra amistad. Ni un poro quedó sin alegría y festividad.
Lejos de festejos establecidos, de efusiones anuales, de pasarlo bien poque así está estipulado y datado.
Ni siquiera pusimos música sino la de nuestra algarabía y nuestra risa. Qué mejor dishe que el amigo, que mejor locutora que la amiga. La más entrañable de todas. Mi Miranda, nuestra Miranda.
Así pues pasaron las horas como siempre. En la más íntima comunión entre seres que se respetan y aman. ¿Puede haber algo más entrañable?
Tuvimos un pensamiento para los que nada tienen también. Es un bagage que llevamos puesto hasta en el mejor de los momentos. Precisamente por serlo y, que sin la reflexión, no estaría completo.
Os deseo a todos al menos un amigo o amiga como gozo yo.
Una última cosa. Thiago enhorabuena por tus premios. Bien merecidos. Olé por tí.

sine die

miércoles, 7 de enero de 2009

Un sol espléndido, el vertice mediterraneo y cielo cual escalón abismal. Más allá, ¿qué?

No es de extrañar que antaño pensasen "detrás el vacio".

Hoy no sabemos, vemos en los claros crepúsculos, Africa.

Mil veces que mire mil veces que me sorprenderé.

Día a día, hora a hora, minuto a minuto: la maravilla de un espacio inabarcable se ofrece gratúitamente a mis asombrada mirada.

Esa hormiguita que soy se manifiesta agradecida por el regalo constante de la naturaleza.

Es desde esta atalaya que, se me ha concedido, desde donde miro, contemplo ese profundo azul, ese firmamento sin fin, y es desde donde me pregunto que nos mueve a destruirlo todo.

Se nos han cerrado los ojos de tanto consumismo inutil, de tanta vanidad insaciable.

Estos días en que los niños sueñan, los adultos queremos más, más más. Cuando tenemos en verdad mucho más de lo que necesitamos.

Nuestros abuelos sabían en todo momento que ponerse. No dudaban ante el armario. ¿Es eso tan malo?

El domingo un paseito, saludos y charlas quizás un vinito o un aperitivo y vuelta a casa. Comer todos juntos ante una mesa sencilla.

¿Que alimenta más?

Creo que hemos perdido el norte. Que por tener más no somos más felices.

No, no somos más felices.

martes, 6 de enero de 2009

a buen entendedor

Se llamaba Albert y tenía dos hijos. El mayor era músico, el menor drogadicto.

Albert trabajó desde pequeño. La guerra, ya se sabe...

Reunió un buen capital, heredó de sus abuelos y de sus padres tierras a la orilla del mar del Norte.

Jamás estuvo de acuerdo con vender todo y dejarlo en vida a los hijos, pero lo hizo.

Enfermó joven y vivió sus últimos años de una relativamente buena renta porque se fue a vivir al sur de Europa. A un pequeño apartamento de unos alemanes que por cuidar de la casa le rebajaban el alquiler. También hacía otros trabajos. Iba por leña y estudiaba español.

Estudiar español era según decía su trabajo más duro.

Hizo muchas cosas que no quería hacer para evitar confrontamientos en casa.

Decía: así soy yo. Ya lo he propuesto. Nadie ha oido ni me ha hecho caso. Bien. Hago caso yo y que me dejen en paz.

Hacía un pan riquisimo y muy variado. Repartía con sus vecinos aquellos panes. Y con su profesor de español.

Cuando paseaba por el campo mientras su mujer se doraba al sol hablaba con la gente. La gente le regalaba patatas, tomates, pimientos, y toda clase de frutas que el en gran parte convertía en mermeladas y asimismo repartía.

Se prestaba a ayudar en lo que fuera.

Se fue para siempre trás una dura lucha consigo mismo y con su enfermedad. Se fué para siempre trás el hijo drogadicto.

lunes, 5 de enero de 2009



Se me cayó el verso porque no era el momento.Un segundo eterno lo tuve entre los dedos. Volvió a susurrar de soles y cielos de lo quieto y su sombra, de lo quedo y su luz. Pero he hallado en otras manos ese verso que no supe escribir.

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales

Mi foto
Soy picaflor. Inconstante.Pasional.Buena amistad.