Me acostumbraré alguna vez. Debo tener paciencia. No he de apretar ningún botón sin mirar previamente y con detenimiento. OZU. Todo esto tengo que decirme para luego ná de ná, que ya nos conocemos.
Y ahora probemos de nuevo.
Erase una vez que era...
Ay, amiga Miranda cómo te quiero. Y mira que cuando de música se trata, o de encender velas en la terraza. Ajam, Ajam.
Tienes tu cabecita. ¿A que si ?
Tengo razón. Masdejao el candelero hecho unos zorros. Y la vela también. Y no, no es la primera vez.
Ya no estoy sola en el mundo con mis manías. Qué alegría.
Ya te oigo reir cuando leas esto, si es que lo lees, porque últimamente estás muy entretenida por esos mundos de dios. Como te ha dado por juntarte con la intelectualidad y otras malas hierbas, pues ya no te venimos bien los que estamos a ras de tierra. Jejeje.
Para decir pamplinas debería ahorrarme internete, pero dicen que, cuando el diablo no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo. Y todo seriedad, como que no me apetece.
Hoy te toca aguantar a esta pelma.
Pues que me conoces bien no tengo miedo. (Aunque en secreto quieras tirarme de la melena).
Ahora quisiera ponerme seria y digna, ¡¡¡No pueeedoooo!!!
Ya tes escribiré como siempre. A mano. Como a ti te gusta.
Qué hipócritilla soy, eh.¡!
En ésta tierra a eso se le dice: hacer el paripé.
¡Qué palabra tan relinda! Te quiero, amor.
Te darás cuenta que he cambiado la letra, pero no sé volver a ponerla como antes. Jajajajaaaa. Besucos.