Diario

viernes, 25 de marzo de 2011

Otra vez Garzón

Bien vive el cielo que no entiendo de nada. Me dejo llevar por un instinto que, a través del tiempo no me ha defraudado.
No me engancho con facilidad de slogan alguno Lo hago desde un cierto sentido común, sin saber qué es eso de sentido común.
Mi parte animal, a la que le concedo un alto grado de veracidad; más que a la razón- me dice que si la obvio, me equivocaré.
Lo noto en pequeños detalles. Es más, es en esos "pequeños" detalles, donde se manifiesta.

Alguien me dijo que no podía leerme las cartas, porque era más bruja que ella. ¿No sería quizás, que no daba un ápice por su profesión?
Sea como fuere, creo en la intuición moderadamente. Tanto es así que creo que podemos hacer mucho por cambiar nuestras vidas, pero que debemos contar con que la otra -yo dirá füftig füftig-ttiene parte en la cuestión.

Oh, sí, me repito! Debe ser la chochez. Siempre tan recurrente.
Pero, volviendo a lo de Garzón.
Mi instinto me dice que es una putada lo que le viene pasando.
Una putada politica.
Una putada judicial.
Una putada actual. Muy actual.
He oido, que no ha apurado los medios judiciales en nuestro país, y que ha recurrido a los ¿tribunales europeos?
No lo entiendo bien.
¿No han sido los europeos, los que se han extrañado de la conducta de los jueces de nuestro país condenando a un juez a desistir de sus indagaciones legitimas porque eran sumamente delicadas para los enmascarados de unos crímenes que pretenden seguir ocultando?
Que me aspen, si es por otro motivo.
A mi me huele a ocultación, a podredumbre. Y yo confío en mi olfato. O sea en mi instinto.
Si yerro, no tendré vergüenza en pedir perdón.
errarum, hunmanus est.

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